
Construir un jardín zen: cómo crear un jardín japonés en tu hogar
Crear un jardín zen es una tarea fácil y divertida, además de muy relajante. Esta conocida tradición japonesa se ha extendido por todo el mundo, gracias en parte a la increíble sensación de paz y relajación que es capaz de proporcionar.
Sin embargo, para tener tu propio rincón zen, necesitas saber con precisión cuáles son las características de un jardín de este tipo.
Y precisamente ese es el propósito de nuestro artículo de hoy.
Con nuestros consejos, descubrirás que crear tu propio jardín zen es sorprendentemente fácil, permitiéndote además, liberar toda tu creatividad y descubrir una nueva forma de relajación.
Si tu alma oriental está empezando a vibrar, significa que estás en el camino correcto para descubrir cómo hacer tu propio oasis japonés. Manos a la obra.
¿Qué es un jardín zen?
Antes de comenzar a trabajar, tendremos que asegurarnos de haber entendido completamente el significado de crear y mantener un jardín zen. Por eso es de vital importancia que te hagas esta pregunta.

Esta expresión, en la cultura japonesa, suele indicar un lugar de paz y bienestar donde las personas pueden meditar y encontrar la paz, rodeándose de elementos naturales y esenciales. Aquí tienes la razón por la que un jardín Zen tiende a conseguir un entorno simple y minimalista.
Para lograrlo, los expertos japoneses utilizan elementos naturales específicos que, posicionados según una cierta lógica, tienen el poder de inducir una sensación de paz y relajación, transformando un sencillo jardín en un verdadero oasis de meditación y encuentro personal.
Que elementos componen un jardín Zen.
Hay tres elementos principales para crear un jardín zen: agua, piedras y plantas. Esto significa que todos deben aparecer necesariamente en tu oasis personal.
Como puedes comprobar, son elementos comunes a todos los jardines, sin embargo lo que diferencia un jardín Zen del resto es la ubicación de estos tres elementos, ya que su ubicación no es accidental, ni estética, sino que sigue una lógica determinada.
Estos elementos, simbolizan tu camino hacia la eternidad y, en consecuencia, deben formar un diseño particular. Pues cada persona, discurre por su propio camino hacia la eternidad.
A continuación te explicamos cómo cada uno de estos elementos tiene su propio significado.
Agua: el símbolo de la vida.
El agua es el símbolo de la vida por excelencia. Esta es la razón por la que los jardines zen japoneses deben incluir este elemento en primer lugar.
Debes colocar una fuente fluyendo desde el este (que simboliza el nacimiento al coincidir con el amanecer) hacia el oeste (que simboliza la muerte ya que coincide con la puesta de sol).

Fuente para jardín zen con panel solar.
☯︎ Iluminación LED para crear ambiente acogedor.
☯︎ Capacidad de bombeo: 250 litros/hora.
☯︎ Fabricada en poliresina con apariencia de piedra arenisca. Inspirada en la antigua Grecia.
Piedras: Símbolo de estabilidad
La piedra, con su inalterabilidad, representa la estabilidad, pero también la fuerza que necesitamos en la vida para superar los muchos obstáculos que encontraremos.
Por ello la ubicación más frecuente de estos elementos en los jardines zen, es directamente en el agua. Lo que simboliza las numerosas dificultades que todos encontraremos a lo largo de nuestra vida.

Piedras ornamentales para jardín Zen.
Construcción ornamental de alto realismo para jardín japonés.
☯︎ También apto para acuarios y estanques.
☯︎ Acabado en resina coloreada no tóxica.
☯︎ Disponible en gran variedad de colores y tamaños.
Las plantas: los verdaderos protagonistas del jardín zen.
Dentro de un jardín zen, las plantas nos representan a nosotros mismos: cuidarlas significa, por tanto, cuidarnos a nosotros mismos. Además, en la cultura japonesa, cada planta tiene un significado propio, que es importante conocer.
De esta forma, la decisión sobre cuáles queremos plantar en nuestro jardín nos resultará mucho más sencilla, consiguiendo transmitir una emoción particular en función de la especie vegetal que hayamos elegido.
Lo que os hemos explicado hasta ahora es la teoría detrás de la creación de un jardín zen japonés, que es fundamental conocer. Como ves, a la hora de crear tu propio jardín zen, se trata de jugar con estos tres conceptos básicos para conseguir el efecto deseado.

Carmona microphylla 5 años.
Bonsái de 5 años para jardín japonés.
☯︎ Uno de los bonsáis más recomendados para interior y jardín.
☯︎ Fácil de cuidar.
☯︎ Garantía de reembolso y devolución.
¿Cómo construir un pequeño jardín zen?
En los apartados anteriores hemos visto la importancia y significado de todos los elementos que deben incluirse en un jardín zen. Ahora que conocemos la teoría, es momento de pasar a la práctica.
Lo primero que debes tener en cuenta es que la creación de un jardín zen japonés no es diferente a la de cualquier otro jardín o parterre de estilo occidental.

Solo cambian los elementos que vamos a incorporar, el estilo que tendrás que adoptar y algunas reglas básicas que te explicaremos a continuación.
Como ya os hemos dicho, en los jardines zen no se persigue la ostentación y la decoración recargada, ya que el propósito es tratar de implementar un estilo minimalista y esencial. Sin embargo, esto no significa que tu oasis deba tener un aspecto austero.
Por el contrario, el objetivo es precisamente aprovechar los pocos elementos de los que dispones para crear un efecto deslumbrante.
Primer paso para hacer tu propio jardín zen: la fuente.
Para empezar, tu nuevo jardín deberá contar con una fuente zen que le proporcione el primero y más importante de los tres elementos de la filosofía zen: el agua.
Una fuente es capaz de crear fascinantes juegos de agua dentro de tu jardín zen, acompañando tus momentos de relajación con su suave rumor de fondo.
Segundo paso: las piedras.
Continuamos con el siguiente elemento importante que nunca debe faltar para crear un jardín japonés, y que está directamente ligado al agua: las piedras. Su ubicación sigue una serie de reglas que son bastante sencillas:
- Debes colocarlas cerca o en el agua: puedes decidir colocarlas directamente en los pequeños lagos o cursos de agua creados por la fuente, para simbolizar las dificultades de la vida; o puedes usarlas para crear una pequeña pasarela que te conduzca a la fuente o al estanque.
- Por otro lado asegúrate de que tengan forma irregular y que estén dispuestas de mayor a menor tamaño.
Final Zen: las plantas
Finalmente, las plantas del jardín Zen representan el tercer y último elemento a ubicar. Como ya te hemos explicado, la filosofía zen otorga su propio significado a cada planta. Con lo que a la hora de hacerte con los ejemplares que plantes en tu jardín deberías basarte en este criterio.

Lo ideal, sería elegir plantas de hoja perenne por dos motivos: por un lado, evitar que pierdan la hoja durante el invierno (lo que evocaría un sentimiento de tristeza); y por otro, porque las hojas crean ese efecto minimalista y esencial propio de los jardines zen japoneses, donde las flores son bastante raras.
Las plantas más populares para los jardines japoneses son, como seguramente estarás pensando, el bambú, los arbustos pequeños y, por supuesto, los omnipresentes bonsáis.
Una de las plantas más recomendadas, sobre todo para dar un elegante toque de color en tu jardín Zen es el Arce japonés.
Este árbol, además de ofrecer la ventaja de ser fácilmente manejable gracias a su pequeño tamaño, tiene un aspecto extremadamente llamativo con sus hojas coloreadas de color rojo cuya intensidad cambia a lo largo del año.
El Arce Japonés simboliza valores importantes como la modestia y la prudencia.
Construir mi propio jardín zen.
La filosofía Zen, trata de reconectar a las personas con la espiritualidad de la naturaleza y la sencillez. Huye de los grandes lujos y ostentaciones a los que la vida moderna nos empuja sin cesar e intenta hacernos retomar las riendas de una vida que a veces no apreciamos en toda su plenitud.

Para apreciar un jardín zen no es necesario ser seguidor de la filosofía oriental. ¡Ponte manos a la obra! aunque nunca hayas construido tu propio jardín. Y conseguirás darte cuenta de que en realidad, lo verdaderamente importante es todo aquello que no se puede comprar.
Sin duda el contacto con la naturaleza, aunque sea tras la cerca de nuestro jardín, te ofrecerá un punto de vista bien distinto de la vida en general y de la propia en particular. Por eso te animamos sin dudar a que des rienda suelta a tu imaginación y creatividad y te lances sin dudar a crear tu propio jardín zen.